Hábitos

Durante la edad infantil el niño puede desarrollar algunos hábitos que si no son corregidos de forma temprana pueden causar alteraciones en el crecimiento de los huesos, en la mordida o incluso en la erupción de los dientes. Muchos padres desconocen esta relación causa efecto y ven con normalidad esos hábitos dejando que se prolonguen en el tiempo.

Estos son algunos de esos hábitos y las posibles repercusiones que pueden tener en el niño

Respirar por la boca (oral):

Las consecuencias de que un niño respire por la boca son múltiples destacando un paladar estrecho y gingivitis crónica (inflamación de encías).

Respirar por la boca

Uso prolongado del chupete:

Aunque los expertos recomiendan retirarlo incluso antes de que el niño cumpla un año, es muy frecuente que se use 2-3 años. Las consecuencias pueden ser diversas. Entre ellas destacan una mordida abierta anterior (los dientes superiores no cubren a los inferiores), la protrusión dental (inclinación hacia delante) de los incisivos superiores o paladar estrecho. Todo ello se hace extensible al uso prolongado del biberón (más de dos años), que además puede favorecer la aparición de caries.

Uso prolongado del chupete

Morderse las uñas (onicofagia):

Además de desgastar el esmalte de los dientes, puede hacer que la mandíbula se desplace hacia delante y causar problemas en la articulación temporomandibular.

Comerse las uñas

Morderse los labios o morder objetos:

Puede causar la inclinación de los dientes superiores hacia fuera o de los inferiores hacia dentro, así como lesiones irritativas en la piel. Si se muerden objetos, existe el riesgo de rotura de dientes.

Morder objetos

Chuparse el dedo:

Puede generar los mismos problemas que el uso prolongado del chupete.

Chuparse el dedo

Deglución atípica:

Se produce cuando para poder tragar los alimentos el niño introduce la lengua entre los dientes. Provoca mordida abierta, alterando la erupción de los dientes y el crecimiento vertical y transversal de los huesos.

Deglución Atípica

Por ello, los padres deben observar a sus hijos desde pequeños y tratar de prevenir este tipo de hábitos consultando con un especialista cuando no sean capaces de corregirlos. El tratamiento conlleva la intervención del ortodoncista, logopeda y médico otorrinolaringólogo.